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Es preferible entender la felicidad como camino, no como un destino.

1. Entender la felicidad como un camino

La primera recomendación es entender la felicidad como camino, no como un destino, como el resultado del ejercicio permanente y no como un objetivo alcanzado.

Esta afirmación evoca el significado de la vida como viaje, presente en la literatura desde la Odisea. Las personas que pensamos que son felices no lo son por haber llegado a una situación y conformarse.

2. Ser no es tener

No hay que confundir mejorar y progresar con acumular más cosas. Ser no es tener, como han explicado muchos filósofos.

Schopenhauer explica el sentimiento de vacío que sobreviene al logro de un bien material en el que se ponen todas las expectativas.

3. Evitar los sentimientos extremos

Evitar los sentimientos extremos, especialmente la envidia, el odio y la ira.

Aunque a veces encontramos caricaturas de CEOs en biografías, películas e incluso materiales educativos, que retratan jefes insoportables, coléricos, que se arrebatan en episodios irrelevantes, los verdaderos líderes son los que enseñan y se convierten en referencia de comportamiento.

Los jefes irascibles solo consiguen que las personas de su entorno terminen yéndose de su empresa.

La envidia es un vicio especialmente dañino, porque genera amargura. Se trata de la tristeza por el bien ajeno, algo mezquino y que la gente suele rechazar.

Como afirmaba Séneca, filósofo de la Roma clásica, «nunca serás feliz si te atormenta que algún otro sea más feliz que tú». Desgraciadamente, parece que su alumno el emperador Nerón no aprendió la lección.

4. La felicidad está intrínsecamente relacionada con la salud

Dado que la salud física tiene un carácter relativamente efímero, es fundamental la resiliencia y la búsqueda del equilibrio, entendido como un estado de conciencia que permite hacer frente al dolor.

Pero en todo caso, como decía el adagio latino, mens sana in corpore sano, si se cuida la salud corporal se estará construyendo una mejor salud mental.

5.Ejercitarse en la alegría

El último consejo es la importancia de ejercitarse en la alegría de forma sistemática. La alegría es un estado de ánimo que se puede cultivar, y cuanto más se práctica más se consigue.

Como explicaba Sigmund Freud, el humor desanuda la represión, genera proximidad y contribuye a un mejor ambiente.

Por eso es recomendable el uso del humor en reuniones de trabajo, quizás no al principio, para no banalizar el intercambio de ideas, pero si en algunos momentos, para romper el hielo o destensar una discusión.

Por ecuavisa.com

Por Son Así RD

Periódico digital Son Así RD desde Nagua, provincia María Trinidad Sánchez. Una ventana abierta al mundo de la información.

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