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Soy Elizabeth Marcela Metivier, aunque muchos creen que Marcela es mi segundo nombre en realidad es mi apellido por ser hija de un extranjero haitiano y una dominicana, porque sí, soy DOMONICO-HAITIANA.

Mi vida ha estado llena de muchos retos que con la ayuda de Dios y mi familia he podido sobrepasar con las mejores de las calificaciones. No ha sido fácil, ha estado llena de momentos donde he querido rendirme por múltiples razones.

 Dentro de estas la que más ha tocado mis emociones, mi nacionalidad y tono de piel muy discriminada a lo largo de mi trayecto, desde muy niña sufría el más atroz del acoso escolar o bullying.

Fui rechaza, afectada por personas que no me aceptaban, razón por la cual no obtenía rendimiento en mi educación, siendo estos factores riesgosos para el desarrollo de mis conocimientos y desempeño como tal, pasaba más tiempo en sala de orientación y psicología que en las mismas clases.

No tenía un círculo amistoso como todos los demás y esto produjo mucha timidez y desapego a niveles que no podía convivir sin que se rieran de mí y me hicieran a un lado, fui muy herida tanto en la primaria como en la secundaria y fuera de ese ambiente, por la situación en República Dominicana, la sociedad misma muchas personas como yo son discriminadas a diario.

A pesar de todo eso, Dios también puso personas extraordinarias en mi camino que fueron un remanso de paz entre tanto disturbio, las mismas me ayudaron a creer más en mí y en todo lo bueno que Dios había puesto en mis manos.

Hoy, con 21 años de edad, tengo a un Dios que me ama y siempre estuvo y estará ahí para mi siendo mi fortaleza, cuento con una familia que puedo definir como el motor de mi vida, dos hermanos, Emmanuel y Samuel, mis padres Sylvio Marcelá y Yahaira Mativier que a lo largo de mi vida me han educado con amor, abnegación y valores que me hacen ser quien soy hoy.

Tengo una pareja a quien amo mucho y estoy rodeada de amigos y hermanos que son un regalo muy especial.

Después de la tempestad siempre viene la calma, así defino mi vida, hoy por hoy estoy estudiando comunicación, soy locutora en una estación radial muy conocida en la provincia María Trinidad Sánchez, tengo muchos sueños y anhelos, muchas metas por cumplir, hoy entiendo que cada una de mis caídas me han enseñado que de todo lo que nos sucede debemos aprender, que cada ser humano tiene un valor indescriptible y que eso nos hace especiales.

 Quizás tú que me estás leyendo en este momento está pasando alguna situación similar te animo a que sea fuertes y rompa esas barreras de miedo y sigas adelante.

Ni raza, ni color, ni estatus, nada de eso debe ser una división que nos limite, todo lo contrario, en esa diversidad aprendamos a aceptarnos, amarnos, comprendernos, y no discriminar ni disminuir con nuestros actos el nivel de importancia que tiene cada individuo.

‘’Valemos por lo que somos, no por una nacionalidad ni un tono de piel’’. Elizabeth Marcelá Metivier.

Por Son Así RD

Periódico digital Son Así RD desde Nagua, provincia María Trinidad Sánchez. Una ventana abierta al mundo de la información.

Un comentario en «Valemos por lo que somos, no por una nacionalidad ni un tono de piel»

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